Opinión

Traficar con la necesidad

COMENTARIO CASTAÑEDA 6 MAYO

02:52

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Todos conocemos las dos direcciones que recorre la problemática del régimen del alquiler de viviendas: los propietarios no quieren alquilar por la evidente inseguridad jurídica que les acompaña, y los aspirantes a ser arrendatarios no encuentran alquileres a niveles que sus economías puedan afrontar.

Así el panorama, nos encontramos en Canarias con una cantidad extraordinaria de viviendas vacías que no entrarán en el mercado de alquiler, y del otro lado hallamos a todos los jóvenes imposibilitados de emanciparse y familias extenuadas por el esfuerzo de destinar buena parte de sus salarios al pago mensual de la renta acordada con los propietarios de las viviendas que habitan.

Hasta aquí lo que conocemos todos, pero en mi caso particular me he quedado sorprendido con el reportaje publicado este fin de semana en El País, en el que se nos mostraba, una vez más, cómo el sufrimiento ajeno es un nicho de negocio para los desalmados, y de otra parte lo que la gente es capaz de hacer con tal de poder acceder una vivienda en régimen de alquiler.

Llámenme desfasado, pero no he podido quitarme de la cabeza durante el fin de semana el contenido del reportaje publicado por el rotativo del Grupo Prisa.

Resumo y concluyo: se cuenta en el mismo el crecimiento registrado del número de sujetos que ofertan a quienes optan a una vivienda de alquiler, la falsificación de la documentación exigida por los propietarios para quedarse tranquilos con la solvencia de quienes serán sus inquilinos.

De esta manera, estos desalmados que trafican con la necesidad de los desesperados por disponer de un techo, se ofrecen a falsificar contrato de trabajo y nóminas para que quienes optan a una vivienda en alquiler exhiban las garantías demandadas por los arrendadores.

Así proliferan contratos indefinido falsos, nóminas truculentamente infladas, y certificados de poseer oficios y profesiones como garantías de estabilidad económica.

Ni que decir tiene, que el papel de falsificadores de documentos y perceptores de los mismos es delictivo, pero lo expuesto viene a demostrar la necesidad extrema de la ciudadanía por acceder a una vivienda de alquiler.

Pero por encima de todo, lo que lamento es el tiempo perdido en este país sin haber construido viviendas de Protección Oficial.

Queda claro, que los responsables estaban y están entregado a lo de circo y pan, y que los perjudicados estaban encantados mirando los fuegos de artificio.

Marchando otra de mezquindad

 
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