Alojamientos dotacionales: un 'atajo' para construir vivienda social

Bilbao / Barcelona

Tamara tenía 32 años y estaba en paro cuando rompió con su pareja y volvió a casa de sus padres en Basauri (Bizkaia) porque no podía asumir en solitario el precio de un alquiler. Andrés (55) vivía en la calles de Barcelona y había perdido la esperanza en encontrar un lugar en el que vivir y un trabajo que le permitiera pagarlo. En la vida de ambos apareció una alternativa a comprar o alquilar: los alojamientos en suelo dotacional.

El precio de los pisos y del alquiler lleva una década subiendo y en algunas ciudades ya supera los máximos de la burbuja inmobiliaria. Emanciparse se ha convertido en una utopía para los jóvenes. La arquitecta Atxu Amann ya nos hizo un diagnóstico en esta serie de reportajes de A vivir que hemos llamado Maneras de vivir: el mercado de la vivienda español tiene un fuerte desequilibrio a favor de la propiedad, un sector de alquiler privado muy reducido y de mala calidad. Pero quizás la gran asignatura pendiente es la vivienda social: somos uno de los países de la Unión Europea con menos vivienda pública construida, el 2’5% del total, lo que nos sitúa seis puntos por debajo de la media de la UE.

Ante este panorama, ayuntamientos y comunidades autónomas pueden encontrar en los equipamientos dotacionales una alternativa que trasciende a la vivienda protegida tradicional. El suelo dotacional es la parte del suelo urbano destinada a uso público: calles; centros de enseñanza, de salud o culturales; instalaciones deportivas; cementerios; aeropuertos; embalses; o zonas verdes. Es decir, terrenos que se deben destinar a proyectar escuelas, hospitales y centros sociales, pero también viviendas. O "alojamientos". La particularidad es que tendrá que ser por un tiempo limitado.

Derecho subjetivo a la vivienda

Tamara se volvió a independizar de casa de sus padres con 34 años porque el gobierno vasco le concedió una vivienda en alquiler por 150 euros al mes durante un lustro. En los dos primeros años en su nuevo hogar ha conseguido encontrar trabajo, comprarse un coche y ahorrar para poder plantearse una alternativa –incluso adquirir un piso– cuando cumpla su concesión en un edificio de alojamientos dotacionales en el barrio de Santuchu, al este de Bilbao.

El derecho subjetivo a la vivienda se reconoce en Euskadi desde 2015 en función de una serie de criterios, como la renta de las unidades de convivencia o la cantidad de miembros de la unidad. El beneficiario, durante cinco años, nunca pagará en el parque público de vivienda más de un 30% de sus ingresos, la cifra que se suele establecer como umbral de lo aceptable para ser dedicado a vivienda.

El gobierno vasco, que cuenta con un parque de 16.000 viviendas, cada vez está apostando más por los alojamientos en suelo dotacional. Leire Álvarez de Ulate, responsable de la unidad de acompañamiento social en ALOKABIDE –sociedad pública dependiente del ejecutivo vasco encargada de la gestión de la vivienda pública de alquiler social– explica que para ellos lo dotacional no es tanto un "parche" como una "solución que se ha dado" al problema de acceso a la vivienda de los más jóvenes. En España apenas el 16% de las personas de entre 16 y 30 años vive fuera de la casa de sus padres. La edad media de emancipación se sitúa por primera vez por encima de los 30 años.

Contenedores marítimos reciclados

En 2020 el Ayuntamiento de Barcelona –a través del Instituto Municipal de Servicios Sociales– comenzó un proyecto piloto con la construcción de un edificio de 12 alojamientos situado en el centro de la ciudad. Ahora Andrés, que llevaba dos años viviendo en la calle, habita en el segundo edificio de estas características. Hablamos de 42 alojamientos repartidos en siete plantas que se construyó en solo 26 semas. ¿El motivo? Andrés, como las otras 41 familias que viven en este edificio, tiene un contenedor marítimo rehabilitado por apartamento.

Su nuevo "refugio" –en palabras del propio inquilino– consta de 12 metros de largo por 2,2 metros de ancho: unos 26m² útiles divididos en cuatro espacios: una sala de estar-comedor, una cocina, un baño y una habitación que culmina la disposición de este largo pasillo con un pequeño balcón a la calle. También hay alojamientos dobles (construidos con dos contenedores) de dos habitaciones y 60m².

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