El Alavés pasa por encima de un Celta ausente

Benito Floro realizó hace muchos años una importante y revolucionaria ponencia que avisaba sobre la importancia del saque de banda en el fútbol ofensivo. Pues el Celta puede hacer una ponencia sobre la importancia del saque de puerta en el fútbol ofensivo. Porque hoy el equipo celeste pasará a la historia por encajar en 5 minutos dos goles de saque de puerta rival. Ni en los buenos tiempos de aquel Wimbledon de los “Crazy Gang” que buscaba una y otra vez el fútbol directo y la segunda jugada con los Vinnie Jones, Dennis Wise y con John Fashanou y Cunningham arriba. Hoy la falta de agresividad y de contundencia del Celta pasó una factura enorme. Fue un 3-0 y casi hay que dar las gracias.

En una primera parte nihilista del Celta, el Alavés llegó mucho más y solamente las manos de Guaita evitaron peores cosas. Lo mejor para los de Giráldez es que llegaban al descanso con el 0-0. La primera parte nos había dejado muy poco del equipo celeste. En ataque nada y en defensa bastantes dudas.

Lejos de ajustar y corregir errores, el Celta salió dormido en la segunda mitad. Como si no se estuviera jugando la vida. Contrastaba ver la agresividad con la que atacaban la pelota los jugadores alavesistas y el fútbol ao pé del Celta que apenas le daba algo de velocidad y sentido a las jugadas presuntamente de ataque. Cuando tu primer disparo se produce en el 84 cuando ya vas palmando 2-0, es que algo no va bien. Cuando no disparas a puerta en 100 minutos es que tu equipo no ha funcionado.

Pero lo peor de esa segunda parte llegó en el 48. Sivera saca de puerta, Carlos Vicente le gana a un pasivo Unai por arriba y Kike García se aprovecha del error de Mingueza que mete el pie hacia atrás. El de Motilla del Palancar asiste a Gio que marca el 1-0. En ese momento uno puede pensar que te han cogido en las berzas pero que no se volverá a repetir. Nada más lejos de la realidad.

Cinco minutos después y para pasar a la historia casi del fútbol, Sivera vuelve a sacar de puerta, peina Kike García sin sentido hacia el lateral derecho de Mingueza. El catalán estaba de espaldas y, lejos de despejarla a banda y no complicarse, decide dar un pase hacia atrás en horizontal asistiendo a Guridi que marca el 2-0. Ya no es que defendamos mal; es que asistimos al rival para que nos ejecute. 2-0 en dos saques de puerta sin ser los “Crazy Gang”.

Ahí llegó lo más preocupante. No hubo reacción alguna por parte del equipo. Se olvidaron de la importancia del diferencial de goles y bajaron los brazos. Llegó el 3-0 en una falta rematada solo por Benavidez con los dos pies en el suelo del área pequeña. Ver para creer. Pudieron llegar más con dos mano a mano de Kike García y un palo de Guridi. El Celta se diluyó en la fiesta babazorra. Pudo haber acabado en desgracia pero acabó en fiesta de la permanencia del Alavés.

Triunfo más que merecido de un equipo de Luis García Plaza que se tomó el partido como lo que era: una final. Paso atrás de un Celta gris y lejos del mínimo exigible en un partido tan importante. Mucho que reflexionar porque Villarreal, Atlético de Madrid y Athletic son los siguientes rivales que tiene el Celta. Tres equipos que se están jugando Europa.

Duele ver a 1.200 celtistas haciendo 700 kilómetros para ver un partido de su equipo como el de hoy. El domingo hay otra FINAL. Ojalá hayamos aprendido de los errores de hoy y de los errores de las últimas cinco temporadas.